Aniversario Sacerdotal del Padre Aníbal María di Francia (16 de marzo de 1878) 

Tan pronto como sintió el llamado de Dios, inmediatamente respondió poniéndose a sí mismo y sus talentos al servicio de Dios. Después de sus estudios teológicos, fue ordenado sacerdote el 16 de marzo de 1878. Unos meses antes de su ordenación, conoció a un mendigo casi ciego, Francesco Zancone, encuentro providencial que le llevó a descubrir la triste realidad social y moral de uno de los barrios más pobres de la periferia de Mesina (Barrio de Aviñón). Fue el comienzo de un largo camino y su amor inagotable por los pobres y los huérfanos fue una de las principales características de su vida.

El padre describía su vocación con tres características:

“mi vocación fue (…)"

Repentina: por cuanto yo amara la vida devota en aquellos tiempos de masonería y liberalismo imperantes, sin embargo, no pensaba a la vida eclesiástica: de repente el Señor me envió su luz.

Irresistible: sentía que no podía sustraerme a la acción de la gracia: tenía que ceder absolutamente.

Ciertísima: tras aquella luz, yo fui absolutamente cierto que era Dios el que me llamaba, no podía más mínimamente dudar que el Señor me quería para aquel camino.

Señor de la mies, gracias por haber llamado a tu siervo Aníbal a escuchar tu palabra divina, Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies, que podamos a semejanza de san Aníbal comprender tu voluntad, haciendo pronta la respuesta al llamado del servicio de la mies y que podemos comprender su verdadero valor, además de ser buenos trabajadores de la mies que se desviven en la difusión de esta oración, en la salvación de las almas y en el consuelo de tus dolores íntimos.

Ayúdanos con tu gracia a no desfallecer y trabajar para que en la Iglesia surjan nuevos santos que reflejen tu persona, que santifiquen a tu Iglesia. Y que al final de nuestro día podemos decir, con amor pleno a ejemplo de San Aníbal María di Francia, “quiero que todos tus intereses y dolores los tome como míos, para que tú seas todo mío y yo sea todo tuyo. Amén.

San Aníbal, ruega por nosotros.

Envía Señor, apóstoles santos a tu Iglesia.